Historia clínica electrónica… ¿compartida?

Como algunos sabréis, desde hace unas semanas mi trabajo dejó de ser puramente clínico para dedicarme a un ámbito que, aunque complejo, es tremendamente apasionante: el del uso de la historia clínica electrónica (HCE). Por ello, como sesión web para esta semana he elegido un tema que puede ser bastante controvertido.

El tema surge desde la editorial publicada en Julio de este año en AMF por el siempre polémico Juan Gervás, bajo el título de «Historia clínica: al limitar el acceso se mejora el proceso«. En ella, el Dr Gervás habla de la posibilidad de que el Médico de Familia decida qué datos de la historia clínica del paciente deben ser trasladados a otros niveles asistenciales. Por ejemplo, se dice:

«En Atención Primaria (AP) solo un 5 % de los procesos precisa ser compartido con los otros niveles, de forma que el 95 % restante nace y muere en la AP, no precisando salto de nivel. Habría que definir de forma precisa el conjunto mínimo de datos a compartir con otros niveles de atención clínica, y ser flexible en su aplicación (el teléfono puede ser un dato «mínimo» pero «sensible» y a no incluir, por ejemplo en el caso de una mujer maltratada y perseguida por su exnovio, que es otro médico en ese centro de salud).»

De hecho, Gervás incluso incluye como referencia a Alonso López FA et al, en su artículo «La informatización de la Atención Primaria«, donde se se apuesta por descentralizar los datos como forma de mantener la seguridad:

«¿Grandes bases de datos centralizadas con toda o parte de la información de los pacientes o bases de datos descentralizadas con comunicación de los datos mínimos necesarios? […] ¿Le cabe a alguien la duda de que, si existiera información acumulada, no habría tráfico de esa información privilegiada? […] Los buggs (agujeros de seguridad) están a la orden del día en las más afamadas bases de datos, tanto privadas como gubernamentales»

Es evidente que, en el día a día de la práctica clínica, una mayor disponibilidad de datos puede resultar una ventaja para el médico, pero… ¿y demasiados datos? ¿debemos re-pensar la forma en que gestionamos nuestras historias, ocultando todo lo que no sea relevante? ¿debemos ser capaces de decidir qué información trasladamos a otros profesionales?

 

4 respuestas

  1. Interesante entrada y más aún interesantes reflexiones
    Mi opinión personal: para el clínico el acceso a la información clínica de sus pacientes es imprescindible y cuanto mayor sea ese acceso mejor, independientemente del nivel en el que se trabaje
    Ahora bien, no podemos hacer una norma para las excepciones y los casos puntuales
    Creo que hay información sensible y confidencial que, en mi opinión, está justificado que no aparezca en la historia clínica y que incluso esa información no esté registrada en ningún documento, a no ser que el paciente solicite lo contrario
    En mi práctica clínica, he preguntado en ocasiones, si la información que el paciente me estaba suministrando quería que constase en la historia o no
    ¿Quien tiene el poder de decidir que médicos acceden a qué datos y quien no puede acceder? Delicado, muy delicado
    En todo este tema hay otro aspecto que me preocupa todavía más que el que se plantea en esta excelente entrada: generamos cantidades ingentes de información clínica diariamente pero… ¿ cómo , quien, y con que finalidad se debería de analizar esa información? ¿estamos sacando suficiente partido a toda esa información? ¿ el análisis e intrerpretación de toda esa información está sirviendo para tomar decisiones que contribuyan a aumentar la salud de nuestra población y la calidad de la práctica clínica? Desde mi punto de vista, ese es el verdadero problema
    Gracias Javi

  2. Muy buen post sobre un artículo de opinión, que a mi modo de ver vuelve a mezclar churras y merinas, con lo cual, el resultado son unos “buñuelos” de inquietante aspecto.
    Confidencialidad de la historia clínica, acceso indiscriminado…evidentemente, estoy de acuerdo…con matizaciones. Porque un profesional que esta obligado por ley a la confidencialidad, nunca se pasea por las historias “como pedro por su casa” sino como lo que es: “un profesional en el ejercicio sus funciones”…normalmente, para bien del paciente y/o de la comunidad…lo demás sería un delito ¿no?
    ¿Limitar el contenido de lo que se escribe en las historias? ¿Quién lo ha de limitar? ¿Es que no se hace?
    La salud de las personas, en muchas ocasiones, depende de la intervención de varios profesionales, sean del mismo nivel asistencial o no, dejemos ya de pensar en el médico rural que trataba el solo a los pacientes, y que lo tenía “todo” en la cabeza. Si nos reservamos datos, que consideramos importantes, posiblemente estemos privando al paciente de una atención mejor. Para mí, una buena historia clínica, es la que se extrae de una buena entrevista clínica y que aporta los datos necesarios para una buena atención y continuidad. A parte de excepciones, al leer una historia clínica deberíamos poder entender perfectamente lo que otro compañero, piensa que le pasa al paciente, y que ha hecho para intentar solucionarlo, conclusión: no necesitamos una historia “profusa y difusa” en datos, ni aquella, (más común) excesivamente “parca” en ellos.
    Al final, ¿quién ha de acceder a las historias? ¿Problemas de confidencialidad?, Pongamos en las historias “todo” lo necesario y “solo” lo necesario, para que el paciente se pueda beneficiar de nuestra atención y de la de los demás profesionales implicados en ella.
    Lo de siempre, polemizar es fácil, utilizar el sentido común, parece que se ha convertido en todo un reto actualmente.

  3. Gracias a los dos por los comentarios (y a otros tantos por el revuelo twitero)

    Efectivamente, como dice Manolo, utilizar la historia clínica para un motivo que no sea el puramente asistencial sería un delito. Precisamente, Mónica Lalanda hablaba un día antes que yo de este tema en su blog médico a cuadros: https://medicoacuadros.wordpress.com/2015/12/04/curiosear-historias-clinicas-una-manera-facil-de-ir-a-la-carcel/

    Allí, decía cosas como:

    «Curiosear historias clínicas que no pertenecen a tus propios pacientes es un delito.

    Sí, eso que hacemos con regularidad de entrar a mirar qué le pasa a menganito, porqué fulanito está de baja o si es verdad el rumor de que peranganito tiene cancer…..es un delito grave, penado con la carcel.»

    Pero creo que el debate va mucho más allá. Toda la información que se genera… ¿es útil a todos los niveles asistenciales? ¿Deben tenerla por un motivo asistencial? Es decir, a un Psiquiatra puede serle útil la problemática familiar redactada por el Médico de Familia, pero para un Cirujano Vascular puede no serlo tanto o, peor aún, generarle prejuicios. ¿Debe en estos casos el MFyC «filtrar» esa información? ¿Necesita la continuidad asistencial de toda la información? ¿O sólo la relevante? Y, ¿quién decide qué es relevante y qué no?

  4. Como profesionales sanitarios creo que nuestros compañeros los cirujanos vasculares ( y para seguir con tu ejemplo) deberían de tener acceso a toda la historia clínica del paciente , plena y con toda su información sin ningún tipo de filtros. Se trata de un profesional sanitario formado y que se debe a su profesión, el hecho de que tenga acceso a esta información ni siquiera indica que vaya a hacer uso de ella, ya que posiblemente solo revise los comentarios relacionados con aquellos diagnósticos que le interesen para su práctica médica. Creo que debemos de confiar en la buena práctica clínica y en el buen uso de la información.
    Hoy en día con los sistemas informáticos que disponemos, deberiamos de explotar estos recursos, y no dar un paso atrás por desconfianza. Si en cualquier momento un compañero especialista pensó que esa información era relevante para dejarla plasmada en la historia clínica, creo que se debe respetar y no filtrar ni esconder al resto de profesionales que en cualquier momento necesiten consultarla.

    Muy interesante Javi!

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