¿BETAHISTINA ES EL TRATAMIENTO PARA LOS MAREOS?

La betahistina es considerada un antivertigenoso y su principio activo es dihidrocloruro de betahistina, análogo de la histamina. 

Hay varias posibles hipótesis del mecanismo de acción sujeto por estudios realizados con animales y humanos:

  • Actuando en el sistema histaminérgico: ejerce acción agonista débil del receptor H1 y antagonista de H3 aumentando así el movimiento y la liberación de histamina. 
  • Aumentando el flujo de sangre a la región coclear y al resto del cerebro: aumento de la circulación sanguínea por la relajación de los esfínteres precapilares de la microcirculación del oído interno. 
  • Facilitando la compensación vestibular: promueve y facilita la compensación vestibular central acelerando su recuperación. Acción favorecida por la liberación de histamina al ser antagonista del receptor H3. 
  • Alterando los impulsos neuronales en los núcleos vestibulares: la betahistina demostró inhibir la generación de impulsos en las neuronas de los núcleos vestibulares medial y lateral. Es una acción dosis dependiente. 

Hasta ahora, este fármaco tenía indicación terapéutica para el tratamiento del síndrome de Menière que está definido por vértigo que pueden ir acompañados de náuseas y vómitos, pérdida de audición y acúfenos.

La revisión sistemática publicada en Cochrane en el año 2023 compara el tratamiento del vértigo con betahistina contra placebo, concluyó que no se puede afirmar con certeza la mejoría del vértigo en pacientes que han sido tratados con betahistina. Tampoco se evidenció mejoría de la clínica acompañante al vértigo ya mencionada, náuseas con/sin vómitos, acúfenos y pérdida de audición. Es más, se han descrito aumento de efectos adversos al tomar la betahistina como lo son las náuseas, diarrea, cefalea, rash o prurito por hipersensibilidad.

Los resultados de las revisiones sistemáticas de los años anteriores concluían a favor de betahistina frente al placebo, pero los ensayos clínicos aleatorizados incluidos en la RS tenían alto riesgo de sesgo. 

El tratamiento que se recomienda usar en pacientes con vértigo son:

  • Antihistamínicos: meclozina, dimenhidrinato, difenhidramina. 
  • Antagonistas de canal de calcio con efecto antihistamínico: cinarizina y flunarizina
  • Benzodiacepinas: no indicación clara, pero puede ser una alternativa si no hay mejoría con la medicación mencionada anteriormente.

Si el vértigo se acompaña de náuseas y/o vómitos, se añaden antieméticos: 

  • Metoclopramida: su uso no debe superar los 5 días. Alerta en AEMPS por riesgos cardiovasculares y neurológicos.
  • Ondasentron. 

El tratamiento mencionado se recomienda usar cuando la aparición de la clínica sea aguda evitando su uso de forma habitual. Así pues, el tratamiento debe suspenderse tras el cese de los síntomas entre primer y tercer día. 

Cabe mencionar que la respuesta a la medicación es dosis-dependiente. 

En definitiva, podremos usar los fármacos con mayor seguridad dependiendo del diagnóstico o la clínica del paciente en base a que tengan evidencia científica y los estudios publicados sean de forma apropiada y transparente. Indudablemente, disponemos de los medios para realizar las búsquedas y ciertas guías que nos permiten llegar a nuestro objetivo. 

Bibliografía:

https://www-fisterra-com.sangva.a17.csinet.es/medicamentos/betahistina

https://www.cochranelibrary.com/es/cdsr/doi/10.1002/14651858.CD015171.pub2/full/es#CD015171-sec-0181

3 respuestas

  1. Muchas gracias Alina por la sesión de hoy. Que bien que hayas revisado un tema tan frecuente y un fármaco con una prescripción tan extendida. 🙂

  2. Muchas gracias por la sesión Alina ☺️

  3. Interesante la revisión Alina, ¡gracias por el trabajo! Hay que tener en cuenta que a menudo los cuadros agudos de vértigo resultan muy incapacitantes para el paciente, y tener tan poco margen de actuación nos puede frustrar… ver a nuestros pacientes sufriendo y no poder ofrecerles «una solución»… es verdad que nosotras en las últimas semanas, hemos realizado las maniobras de Semont a pacientes con episodios agudos de vértigo, pero también están limitadas a las características de los pacientes (edad, comorbilidad, movilidad de raquis…) y no siempre resultan efectivas, y en algunas ocasiones hemos recurrido a la betahistina como tratamiento farmacológico, teniendo presente que la evidencia existente era de calidad baja e informando así a los pacientes, y centrando el tratamiento en la rehabilitación vestibular cuando mejora la sintomatología aguda.

    Me parece muy útil tener otras alternativas con mayor evidencia, siendo siempre conscientes de las pocas alternativas que tenemos, y teniendo presente que el tratamiento debe ser de corta duración, enfocado al momento agudo. De nuevo, muchas gracias por la revisión!

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