En la entrada del fin de semana pasado hablábamos del cine y la medicina, como algunas películas reflejan estupendamente algunos aspectos de la medicina, como por ejemplo el tema de la entrevista clínica en la película «El doctor».
No cabe duda de que la formación humanística del médico es impresdindible, de hecho este es un aspecto importantísimo en todos los modernos planes de estudio, paliar en cierto modo la falta de formación humanista del médico moderno que con el auge de las super-especialidades se ha ido perdiendo.
Pues bien, si el cine es un complemento importante en la formación humanística del médico, desde mi punto de vista , la literatura lo es aún más. Hay novelas que describen procesos morbosos y enfermedades de forma más realista que los textos de medicina ( La muerte de Ivan Ilich, El pabellón Nº6, Un antropólogo en Marte, etc). Os pongo como complemento a esta reflexión dos articulitos donde se refleja la idea que quiero transmitir. Un amigo mío me dijo una vez, un verdadero residente al que le gusta la MF y en general la medicina, no sólo estudia textos médicos, lee la prensa, ve películas y lee libros. Yo estoy completamente de acuerdo con esta afirmación ¿ lo estais vosotros?
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Docencia Rafalafena 
«Quien sólo sabe de medicina, ni de medicina sabe», frase del doctor español José de Letamendi, (1828-1897), eminente patólogo y profesor titular de la Universidad de Barcelona.
En mi opinión, el interés por las humanidades que muestran (o dejan de mostrar) los residentes muchas veces marca la diferencia entre un médico, un buen médico y un gran médico.
Hola a todos. Soy una infiltrada estudiante de medicina en esta web, me llamo María y ni soy médico todavía, ni desde luego puedo medirme a todos los que escribís aquí… pero precisamente por este motivo quiero opinar sobre una afirmación que no precisa para su análisis un conocimiento científico profundo sino más bien un razonamiento moral:
“Un verdadero médico no solo lee textos médicos sino que lee la prensa, ve películas y lee libros”
Es cierto que esta frase actualmente podría ser muy puesta en duda, y nada más conocido que en mi propia facultad que es sinónimo de memorización, competitividad y elitismo. Pues bien, a pesar de venir de la tradición hecha institución yo personalmente estoy completamente de acuerdo con lo dicho y por un argumento de mucho peso: El médico ve, dialoga, aconseja, consuela, analiza, explora, trata, medica… a seres humanos. De tal manera que nunca se tiene que perder de vista la vertiente esencial humana de esta ciencia y profesión. Si no te comportas como un humano: no desarrollas un espíritu crítico y observador frente a todo lo humano, no vas al cine ni lees la prensa ¿Cómo te vas a relacionarte con ellos? Las personas no nos llamamos Guyton, Sobbota o Harrison y coincidiréis conmigo que es aplastante la lógica de lo siguiente “si las personas no somos crudos textos de ciencia y la medicina estudia a las personas; la medicina no se puede basar exclusivamente en los anteriores para curarlas”
Pero es más; yo que vengo de, cómo os decía, la tradición pura… si nos remontamos a bastante tiempo atrás, a aquello que está registrado en los libros de historia y que tal vez nuestros abuelos pueden seguir utilizando; al médico no se le nombraba con la palabra que recién he utilizado; se le llamaba “físico” y… ¿Por qué? Pues bien, los físicos de entonces no tenían ni la mitad de avances que afortunadamente facilitan tanto el diagnóstico y el tratamiento así como es cierto que más de una burrada hacían… pero bueno, el tema es que ellos se basaban en observar, preguntar e interesarse por quien curaban; indagaban e incluso vivían el ambiente de sus enfermos y se esforzaban por culturizarse… esa esencia se ha perdido… y ahora; que tenemos libros, películas y prensa que nos permite revivir al físico que preguntaba al paciente por su vida y por él, en lugar de por sus análisis y su medicación; que nos permite revivir al que, para que una persona se sienta cómoda en la comprometida situación de ver al doctor, le comenta la noticia del día anterior… lo tiramos todo a perder.
En fin, no nos equivoquemos, incluso las pruebas más objetivas pueden estar alteradas por factores externos del tipo trato, conversación y confianza… así que, en conclusión y como vengo repitiendo en todo el comentario: la afirmación no puede ser más cierta. Ir al cine, leer o incluso hablar aporta cultura y nos enriquece en la relación y atención a los demás. En un médico, todo esto está a la altura de los libros y la ciencia porque, ya casi estoy convencida de que cuando me pregunten, no voy a decir que soy de ciencias… voy a intentar que como yo, todos los futuros médicos seamos humanocientíficos cuyo rendimiento no sea el 300% dedicado a la teoría sino también a la cultura.
María, impresionante el comentario!!
Seguro que llegarás a ser un gran médico.
Hola,
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Un abrazo,
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